Thursday, August 04, 2011

CIUDAD VOLÁTIL



Caracas es una ciudad sostenida por un pesar amorfo.
Se funde con El Ávila en un abrazo turbado y compungido.
Solloza al unísono con la Virgen
y añora el día en el que las balas eran velas encendidas
de feligreses osados y cantores.
El proyectil que atravesó a la Divina Pastora fue directamente al núcleo
de la tierra, a seis mil millones de lágrimas y de preguntas.
La descomposición de mi ciudad es una avalancha de mentiras,
un desprendimiento paulatino y tramposo que no merece ni homenajes
ni evocaciones.
Mi Caracas cruzó la palabra volátil para encontrarse con la densidad
de las rocas y la perversidad.
Sólo zamuros quedan en la putrefacción.
La carroña brota de los Araguaneyes y la muerte escolta cada paso.
Continuamos en el punto cero.
Aunque se recubran las paredes y los estantes releven al arte con botellas y se
rememore la historia de una lucha contra la represión, aplaudan viejas
insolencias y se crea que el tiempo vence falsedades,
seguimos en la ausencia.
En una nulidad que estruja las gargantas.
Una asfixia oficial.
Gisela Romero, mayo 2011



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